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Mi viaje de la abogacía tradicional a la abogacía holística

  • Foto del escritor: Paula Buriticá
    Paula Buriticá
  • 16 sept
  • 10 Min. de lectura

Actualizado: 18 sept

Todo comenzó hace cuatro años con un vacío en el pecho. Ese que me avisaba a diario que estaba desconectada de la alegría y el placer, especialmente en el ejercicio de mi profesión. Le tenía pánico a ese vacío, pensaba que si me permitía habitarlo me iba a tragar como un hoyo negro. Por eso prefería ignorarlo, volver a mi lista de pendientes y seguir facturando horas a clientes de una gran firma de abogados. 


Ese estilo de vida pagaba las cuentas y me dejaba dinero de sobra, pero estaba lejos de sentirse como una vida plena para mí. No lograba conectar mi profesión con el gozo; para mí, ser abogada solo era una forma de sobrevivir. 


Me sentía como una bola de heno en el desierto, sin rumbo ni propósito, en un sinvivir. En este artículo, te cuento cómo habitar ese vacío me conectó con la abogacía holística, una nueva forma de ejercer mi profesión que se siente expansiva y que ha llenado mi vida de sentido.


En esa época en la que le temía al vacío y estaba en crisis con mi profesión, culpaba al sistema y señalaba a los demás. Creía que todos lo hacían mal y por eso yo me sentía así. Mi mente tenía un diálogo punzante y permanente:


"Estás desperdiciando la vida. Pero esto es lo que hay, ¿qué más vas a hacer si ya lo elegiste y no sabes hacer nada más? Si vas a vivir así, mejor que se acabe rápido".


Además, me tragaba por completo la creencia de que el sistema era lo que era, que nada que yo hiciera iba a cambiarlo, y que no tenía caso intentarlo.


Pero un día, ese vacío en el pecho se sintió tan hondo que me obligó a parar.


Renuncié y, por primera vez en mi vida, me fui a conectar con esa vacuidad que, por miedo, no me había permitido habitar. Para mi sorpresa, nada me tragó. En su lugar, ese vacío me permitió reconocerme por completo, tanto en los aspectos que me encantaba mostrar (como mi capacidad de aprender rápido, de conectar ideas y de proponer soluciones), como en los más oscuros, a los que les tenía pánico.


A través de diferentes ejercicios de autoconocimiento descubrí la crueldad y la violencia que habitaban en mi psique, me conecté con el deseo que tenía de desaparecer de la faz del planeta todo lo que me conectaba con el dolor. También pude ver con claridad mi impaciencia y desconfianza en la vida, que eran producto de una mente controladora y desconectada del corazón.


Al ver la información en mi inconsciente y empezar a reprogramar lo que ya no me servía, me encontré con la certeza de que había venido a esta vida a experimentar, a disfrutar y a lanzarme a la aventura. También descubrí que estaba dotada de una capacidad de transformación infinita, y que no me faltaba valentía para atreverme a lo diferente, que podía y sabía abrir caminos nuevos.


Solté la idea de que no sabía comunicar mis ideas y la vergüenza a exponer lo que soy sin filtros; de hecho, hice un podcast (Peyote.ser) en el que expuse mis reflexiones sobre historias íntimas que escondí por muchos años. Aprendí a querer, abrazar y gestionar mi sombra, a verla como una aliada que me muestra lo que tengo que trabajar cada vez que aparece.


Por un año, mi trabajo principal fue mi autoconocimiento. Y este trabajo abrió espacio en mí para disfrutar de la imperfección, aceptando lo que la vida me iba mandando, incluso lo incómodo. Cuando le di espacio a sentir lo que no me gustaba, empecé a sentir más intensamente todo lo que me generaba placer. Poco a poco, los colores de los paisajes se hicieron más vivos, empecé a notar el aroma de las flores y los árboles, los abrazos se sentían con más intensidad, y las lágrimas de alegría y de dolor me brotaban sin control.


La pausa de mi sabático me dio ganas renovadas de vivir, confianza en mi camino y el entusiasmo para servir desde un lugar que no implicara sacrificar mi propio gozo. Pero todavía me faltaba estructura para reinventarme, para poder reconciliar mis pasiones, mis talentos y ofrecer algo que  se alineara con lo que iba descubriendo de mí.


En ese momento, mi camino se cruzó con el de mi mentora en abogacía holística, Rossana Bril. Era febrero de 2023, y estaba en San Martín de los Andes, un pueblito pintoresco en la Patagonia argentina, rodeado de lagos cristalinos y montañas pobladas de pinos. La oí en un podcast que se llama Abogacía & Consciencia. Esa fue la primera vez que me topé con el término abogacía holística.



Mi primer encuentro presencial con Rossana Bril, Buenos Aires, Argentina, marzo 2023. 
Mi primer encuentro presencial con Rossana Bril, Buenos Aires, Argentina, marzo 2023. 

Cuando la escuché, algo hizo clic. Aunque todavía no podía encajar todas las piezas del rompecabezas, sentí una conexión inmediata. Alguien, sin conocerme, estaba describiendo a la perfección esa desconexión con mi profesión, esa incomodidad con las estructuras existentes, y me proponía nuevas miradas en las que la abogacía se conectaba con la transformación de la consciencia.



Rossana Bril fue la primera persona que me dijo que quienes elegimos esta profesión lo hemos hecho inconscientemente porque nuestro clan ha vivido injusticias que quieren ser vistas y liberadas.


Al estudiar transgeneracional en su escuela, pude confirmar ese hecho en mi propia historia y en la de mi linaje. Al principio pensé que se trataba del asesinato de mi hermana, pero luego me di cuenta de que era algo más profundo: siglos de ancestros que sufrieron distintos tipos de violencia y me heredaron una rabia y un dolor que necesitaban ser vistos, comprendidos con una mirada diferente y transmutados para que yo pudiera elegir algo distinto para mi vida.


Ella también fue la primera que me habló del arquetipo de la abogada propuesto por Caroline Myss, esa que conoce intuitivamente los cambios sociales y ambientales que el mundo necesita y que transforma el campo de batalla profesional en un espacio de encuentro, cooperación y construcción de posibilidades.


Recordé todas las veces que mi profesión se sintió bien, y en todos esos recuerdos, el valor que aporté no tenía que ver únicamente con mis competencias técnicas, sino con mi capacidad de ser puente, de llegar a acuerdos, de crear posibilidades y de forjar conexiones duraderas.


Rossana tenía una propuesta realmente innovadora. No me proponía una formación más en herramientas de inteligencia artificial o el rediseño de los textos legales. Ella estaba proponiendo transformar los paradigmas de esta profesión, y tenía como foco algo que no requería cambiar a otros, sino solo a mí: el autoconocimiento.


Yo le compré su idea, porque todos los cambios que había experimentado en mi vida partían de ese viaje interno para reconocerme. Y si eso había funcionado para mí, ¿por qué no habría de funcionar para otros abogados? ¿Por qué no podía funcionar para los clientes de servicios legales?


En la primera formación que hice con Rossana y Fabiana Quezada sobre pensamiento sistémico aplicado al derecho, conocí nuevas formas de abogacía, como la abogacía sistémica, que ya tiene gran acogida en Brasil y se abre campo en otros países, la cual utiliza las leyes y órdenes sistémicos para abordar problemáticas jurídicas. De hecho, jueces como Sami Storch se han encargado de llevar esta mirada incluso a la administración de justicia.


En esa primera formación me "cayó la ficha" de que una nueva abogacía ya existía, solo que en mi metro cuadrado anterior nadie la conocía.




¿Qué es la abogacía holística?



Cuando hablo de abogacía holística, la gente hace gestos de confusión. Algunas personas se forman sus propias ideas y ni se molestan en indagar, tienen en el imaginario toda suerte de cosas esotéricas donde sacamos sahumerios en las reuniones.


Confieso que en mi esfera íntima, en efecto, medito a diario, hago rituales y tengo péndulos, cristales y oráculos que consulto para anclar mi energía, de eso no se trata la abogacía holística. 


Entonces, ¿qué sí es la abogacía holística? Esta explicación que sigue es un parafraseo mío de lo que propone Rossana.


La abogacía holística busca una comprensión más profunda y evolutiva de los vínculos humanos y el tejido social. Por eso, este tipo de abogacía no solo utiliza las leyes humanas para analizar una situación o conflicto, sino que también incorpora las leyes universales y sistémicas para analizar dicha situación y para identificar el origen real de los conflictos (de todo tipo de conflictos, los personales, interpersonales, organizacionales y colectivos). 


Para la abogacía holística, el conflicto es un maestro, una situación que se presenta para permitirnos ver algo que necesita ser visto, liberado y transformado para la evolución personal, de los sistemas a los que pertenecemos y de la humanidad.


En la abogacía holística el rol del abogado es servir de puente para promover relaciones humanas más conscientes, y poder materializarlas a través de acuerdos que cumplan con las formalidades requeridas por los ordenamientos legales humanos. Además, propone el uso de herramientas no tradicionales, como el coaching jurídico, las constelaciones y el estudio del genograma, para transformar la narrativa que sostiene esos conflictos.


Este tipo de abogacía propone un cambio de paradigma fundamental: pasar del convencer al otro a comprender al otro.


La abogacía holística tiene aplicación en todo tipo de vínculos humanos y en todas las jurisdicciones. Además de la formación técnica legal que recibe un abogado tradicional, un abogado holístico debe formarse en:


  • Coaching jurídico: Permite integrar habilidades blandas como la escucha activa y sin juicios, la inteligencia emocional, la comunicación no violenta, la construcción de realidades a través del lenguaje, los métodos ágiles de resolución de conflictos y la inteligencia colectiva.


  • Pensamiento sistémico y las constelaciones cuánticas: Permiten entender las leyes y órdenes sistémicos que rigen los vínculos humanos, identificar los desórdenes que los afectan y acceder a esa información inconsciente que debe ser vista y liberada para alquimizar traumas individuales y colectivos, y disolver los conflictos vinculares desde la raíz.


  • Transgeneracional: El estudio del árbol genealógico y de los fenómenos a través de los cuales ese árbol habla, repitiendo situaciones, bloqueos y patrones que necesitan ser transformados para la evolución del clan.


  • Física cuántica: La base científica de los fenómenos que vemos en el ejercicio de la abogacía holística. Es lo que explica por qué cuando cambiamos nuestro mundo interno, la realidad exterior cambia.


Han pasado dos años y medio desde que encontré a Rossana por primera vez, y en ese tiempo me he dedicado a estudiar, pero sobre todo a integrar todo este conocimiento en mí. Porque un abogado holístico tiene que estudiarse primero a sí mismo, vivir estas herramientas, sentirlas y transformarse antes de poder entregarlas a otros.


Mi formación en estos temas ha sido principalmente en la Escuela Bril de Sabiduría. Escogí a Rossana y a su escuela después de investigar sobre distintas propuestas, porque es la única que integra los distintos componentes de este abogar holístico y porque he podido experimentar de primera mano la impecabilidad del trabajo de Rossana, la generosidad con que comparte todo lo que fundamenta su forma de abogar y los resultados de su propuesta en casos concretos.


A mi formación en la Escuela Bril he sumado otras que han ampliado mi caja de herramientas para este nuevo abogar, como la formación en Contratos Conscientes con su creadora J Kim Wright, y la certificación en Quantum Leap Training™ (QLT™).


QLT™ es una metodología de indagación del pensamiento basada en neurociencia aplicada, que busca encontrar información inconsciente que sostiene estados de conflicto interno y propone transformaciones del pensamiento para reprogramar esa información.


De todo este viaje interno y de estas formaciones nació mi propio método de abogar holístico: RIETE (Revisa-Indaga-Explora-Transforma). 


Mi misión es seguir expandiendo la abogacía holística a lo largo y ancho del planeta, y con ese propósito, invité a Rossana a Colombia en mayo de este año para que empezáramos a educar al mercado sobre la existencia de esta forma de abogar, sumáramos a más colegas a formarse en las herramientas de la abogacía holística y lleváramos a los clientes estas herramientas.


Tuvimos tanta acogida que Rossana volvió la última semana de agosto a Colombia para seguir anclando este concepto en este país y en la región Caribe.


Inteligencia emocional y propósito. Actividad con estudiantes de administración y derecho, Universidad de los Andes, agosto 28, 2025.
Inteligencia emocional y propósito. Actividad con estudiantes de administración y derecho, Universidad de los Andes, agosto 28, 2025.

Fue una semana intensa, donde Rossana, de la mano de los miembros de la Escuela Bril aquí en Colombia (Norma Marín, Lynda Karen Fonseca Velandia, Natalia Eugenia Silva Macea, Leady Natalia Bejarano Martin y yo), participamos en distintos eventos para dar a conocer la abogacía holística.


Realizamos una serie de eventos gratuitos en la Universidad Militar Nueva Granada, Universidad de los Andes y en la Cámara de Comercio de Bogotá. Así mismo, realizamos una serie de constelaciones cuánticas, y cerramos esta visita de Rossana con un taller de pensamiento sistémico y constelaciones cuánticas. Ampliaré un poco más lo vivido en esta jornada en futuras publicaciones.


Inteligencia emocional en la abogacía, estudiantes de derecho de Universidad Militar Nueva Granada, agosto 25, 2025. 
Inteligencia emocional en la abogacía, estudiantes de derecho de Universidad Militar Nueva Granada, agosto 25, 2025. 

Charla: El conflicto como oportunidad, Cámara de Comercio Bogotá, agosto 2025.
Charla: El conflicto como oportunidad, Cámara de Comercio Bogotá, agosto 2025.


La abogacía holística me reconectó con mi profesión


Hace unos meses, encontré un ensayo que escribí en la universidad donde planteaba que los abogados debíamos ser puente para la transformación social. Por muchos años me desconecté de este propósito y ejercí mi profesión en automático. Actuaba desde unos paradigmas que aprendí, que no cuestioné y que me llevaron a un ejercicio doloroso de la abogacía: la competencia voraz, la manipulación para ganar a toda costa, el terror a cometer errores y la necesidad de tener todas las respuestas, entre otros.


Pero la abogacía holística vino a cambiar todo eso. Cuando me conecté con el vacío y puse en práctica todas las herramientas de la abogacía holística en mí, encontré las respuestas que los abogados clásicos nunca pudieron darme. Y ese hueco en el pecho se llenó de nuevas ideas. Ideas que me mueven desde el corazón y que me permitieron conectar con una pasión expansiva por transformar narrativas internas que generan conflictos.


Además, pude entender que no tenía que abandonar mi profesión, solo tenía que convertirme en una abogada holística, que acompaña a otros a encontrar esos conflictos internos y disolverlos.


La abogacía holística me ayudó a transformar la creencia más limitante que tenía: que debía encajar en las narrativas y estructuras de otros. Dejé de vivir para puntear una tabla de facturación o aparecer en un ranking. Ahora todo lo que no me funciona lo cuestiono a profundidad, y creo estructuras y acuerdos que me permiten ser fiel a lo que siento, teniendo las conversaciones difíciles que deba tener para hacer posible lo que otros no pueden siquiera soñar.


Mi camino me ha enseñado que cuando dejas de querer encajar y complacer las expectativas de otros, se abre espacio para crear, para vivir la vida que sí quieres vivir.


Hoy no le tengo miedo al vacío porque aprendí que no es un hoyo negro donde todo se acaba, sino el campo cuántico mismo, donde habitan todas las posibilidades listas a ser tomadas por quien está listo para materializarlas.


La última semana de agosto ratificó mi camino, me demostró que las intenciones pueden volverse hechos concretos, que lo que hago genera transformaciones en quienes lo viven y que yo vine a esta vida a gozar mi profesión transformando lo que no sirve y tejiendo nuevas historias. Todo lo que vivimos me dejó claridad de por qué decidí vivir esta experiencia humana y ser abogada, porque toda mi historia fue necesaria para conectarme con esta nueva abogacía que me llena de alegría el corazón.


Y tú, ¿sabes para qué estás vivo? ¿Qué es eso que te llena de alegría el corazón?


Si has resonado con algo de esto, te tengo buenas noticias:


En febrero iniciaremos el primer programa del Instituto Internacional de Coaching Jurídico de la Escuela Bril de Sabiduría, capítulo Caribe, en donde vas a poder entrenarte y certificarte en las competencias del coaching jurídico, uno de los pilares de la abogacía holística.


Si estás interesado, escríbeme para más información:



1 comentario


Nelida Campos
Nelida Campos
09 nov

Que “ MARAVILLA” el mundo necesita más conciencia a todo nivel, así que tanto el derecho , como todas las prisiones y quehaceres del universo hacen párete de la “ Propuedta Holística” en favor del Universo y la Unidad como Totalidad!Que grato y sanador mensaje. Gracias Paulina!

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